Conversaciones con un Erasmus

Ejemplo de choque cultural

Llevadme ante el Gran Khan, ¡colegasss!

– ¡Hombre, tú por aquí!, ¿cómo te ha ido en el Erasmus?
– ¡Buah tío, de puta madre!, ha sido una experiencia flipante.
– ¿Dónde estuviste?
– En Rotterdam, Países Bajos. Nada que ver con ésta mierrrrrrrda.
– Zo, spreek je Nederlands?
– ¿Qué?
– Decía que si hablas holandés.
– ¡Qué va, tío!, si allí todo el mundo habla inglés.
– Entiendo. Bueno, cuéntame.
– Pues no veas macho, nada más llegar, el primer choque cultural. ¡No había torniquete en el tren!
– Hombre, en dónde yo vivo, los pusieron hace sólo dos años. ¿No serías tan mostrenco como para colarte?
– Pues claro tío, ¿te crees que soy gilipollas o qué? Lo malo es que había revisor, y me echaron del tren. Intenté explicarle mi situación, pero el cabrón no hablaba inglés.
– Anda que… , menuda entrada triunfal.
– Ya te digo. Al final tuve que pedir a mis padres que me mandasen dinero y pedir un taxi.
– Supongo que tarde o temprano llegaste a tu destino. ¿Dónde vivías?
– En una casa en el centro de Rotterdam, con tres compañeros de piso españoles, ¡menuda juerga!
– ¿Y qué tal os apañábais?
– Pues como podíamos. ¡No sabes lo duro que es vivir sólo!
– Hombre, llevo emancipado desde los 20 años. Me hago una idea.
– Pero es que allí no es lo mismo, ¿sabes?, allí estás sólo, en un país extranjero y, ¿sabes?, no es lo mismo.
– ¿Y la Universidad qué tal?
– Según me dijeron, está de puta madre.
– ¿Según te dijeron?
– Sí, es que ni la pisé. De todos modos he aprobado todas.
– Caramba, te lo habrás pasado en grande. ¿Mucha juerga?
– Si tío, no veas; ¡y qué pivas!
– Déjame adivinar, ninguna te hizo ni puto caso, ¿verdad?
– Bueno, un día que íbamos mis colegas y yo gritando «¡zorra!» a todas las chicas con las que nos cruzábamos, una me tiró un adoquín.
– La madre que os parió. Pero hombre, cuéntame algo más del país.
– Pues tienen unas costumbres superextrañas, comen superpronto, y les mola comer arenques crudos.
– ¿A qué hora comías tú?
– A las tres, ¡pues claro!
– ¿Probaste el arenque?
– No tío, que ascazo.
– …
– Además, invierten un 0,3% más que España en políticas sociales, ¡eso sí que es un país y no esta mierrrrrda!
– Oye… ¿seguro que no eres descendiente de Marco Polo?

4 Respuestas a “Conversaciones con un Erasmus

  1. Pingback: Parodia de los Erasmus

  2. Resumen más que acertado del típico Erasmus pijeras que se coge un año de vacaciones a cuenta del Estado y de sus padres.

    Sin embargo, esos sólo son la punta de iceberg.

  3. ¡Tío, me has retratado! Se me saltan las lágrimas recordando mis días de beca Orgasmus. (Muy bueno)

  4. Se dice que un becario Erasmus va a clase y folla aproximadamente un 0,005% de lo que presume cuando vuelve a su país de origen. Al menos tu gili-Erasmus fue sincero.

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