Archivo mensual: octubre 2008

Facebook nos observa

Los conspiranoicos de guardia han llegado a la conclusión, precipitada cómo es costumbre en ellos, de que la red social Facebook es un invento de la CIA para tener controlados a todos los incautos que en ella se inscriban. ¿Por qué de la CIA y no de los servicios secretos egipcios, por ejemplo?, ¡pues por que la CIA sale en más películas!… que todo hay que explicarlo.

En un principio pensé que a la CIA le importa un comino si a Osama Bin Laden le gusta más Nirvana que Oasis, o si Kim Jong Il ha subido más fotos de amaneceres a su perfil. Pero tras acceder, a través de mis contactos, al siguiente documento clasificado, me dí cuenta de que pequé de ingenuo. Aquí lo tienen, en exclusiva:

Pulse aqui, señor Bond

Pulse aquí, señor Bond

La monserga del año

Aunque no suelo hablar de temas de actualidad, he aquí una excepción. Le dedico este cómic al electorado norteamericano:

¡Qué gane el más plasta!

¡Qué gane el más plasta!

Ya puestos, borracho de espíritu democrático como estoy, voy a probar la nueva función de encuestas:

Manual del vividor

Éste es uno de esos blogs que mejoran la vida de quienes lo visitan. Ya en su inauguración, les ofrecíamos métodos para mejorar sustancialmente sus vidas. Continuando con este espíritu, tan cotizado en tiempos de crisis, les ofrecemos un par de métodos para vivir como reyes, que sólo requieren habilidades básicas, y ningún tipo de titulación. Todos ellos se basan en explotar el que sin duda será el recurso natural del siglo XXI, la estupidez:

Método 1: dé un paseo por su ciudad, buscando los garitos más bohemios del momento. Es fácil reconocerlos por que casi todos sus parroquianos usan ordenadores portátiles, gafas de pasta y chapas. En muchos de ellos se organizan exposiciones de pintura, dónde a menudo se comercia con las obras, y ahí es dónde entra usted. Llene una carpeta de dibujos lo más abstractos posible; si dispone de algún hijo, primo o sobrino en edad preescolar puede serle de gran ayuda. Preséntese en el garito con su carpeta, a la que de ahora en adelante llamará portfolio, y muestre interés por exponer allí sus obras. Si se inventa alguna biografía curiosa en la que no falten estancias en un loft de Nueva York (diga New York) el éxito está garantizado. Cuando logre concertar una exposición, utilice el siguiente método para poner precio a sus obras:

– Busque a un hombre honrado.
– Pregúntele qué precio debería ponerle a cada obra.
– Anótelo cuidadosamente.
– Multiplíquelo por 3, también cuidadosamente.

Comprobará con gran sorpresa, que pocos cuadros se quedan sin vender. Si quiere rizar el rizo, pruebe a vender un lienzo en blanco. Por lo general basta con merodear cerca del lienzo, y preguntar a aquellos que se detengan a mirarlo, ¿qué le sugiere? Fingir un acento argentino, si se está en España, puede ser de gran ayuda.

Pink, cuadro pintado por un gorila (350$)

Pink, cuadro pintado por un gorila (350$)

Método 2: paseése por las cafeterías cercanas a los juzgados de su localidad entre las 9 y las 12 de la mañana de un día laborable. Corra la voz de que posee usted poderes mágicos, de que cura enfermedades, de que predice el futuro, etc… Invéntese una biografía, en la que no puede faltar una temporada viviendo en Buenos Aires, dónde, recuerde, estudió usted mística y magia en la Universidad. Argentina es un país más liberal que éste, con menos tabúes, ¿sabés?… etc…

Puede ser de gran ayuda asegurar tener, como mínimo, antepasados procedentes de algún lugar lejano y exótico. Así, si el negocio se lo quiere montar uno en España, asegurará ser hijo de maoríes; si el negocio lo quiere uno montar en Nueva Zelanda, entonces será descendiente de navarros. Se debe procurar escoger siempre una etnia que resulte querida por las masas… en resumen, que no se hagan ustedes pasar por gitanos rumanos.

A poco que sepa usted mantener una conversación, pronto se convertirá en el confidente personal de más de uno y de una. Sólo es cuestión de tiempo que acabe usted vendiendo filtros de amor, curando depresiones postvacacionales mediante la imposición de manos y recolocando auras. Además, salvo que muerda usted a uno de sus clientes, todos se irán encantados y hablarán bien de usted a todas sus amistades.

Profesor Karamba

¡Al fin la solución a todos mis problemas!

Si cree que nadie, en este siglo, pagaría a un mago, busque en google: vidente estafa. También lo puede buscar sólo con la intención reírse un rato. Especialmente impactante es ésta lista de estafadores (cómo si hiciera falta).

Ya ven lo fácil que es hacer dinero con un mínimo esfuerzo, y lo que es más increíble, logrando que los que pagan se vayan tan contentos a su casa.

Videoclips andinos

He aquí tres personajes procedentes de los Andes que usted, estimado lector, no se puede perder.

La primera de ellas es la niña Wendy Sulca, procedente de Perú. Nos trae una canción que causa convulsiones entre los trabajadores sociales, psicólogos y demás. Vean, vean:

Desde uno de sus países vecinos, Ecuador, nos llega Delfín Quishpe, con otro videoclip alucinante:

Si desean más información sobre Delfín Quishpe, en Wikipedia hay artículos sobre él en castellano, inglés y asturiano. También pueden visitar su elegante página web.

Y volvemos a Perú para hablar de «la tigresa del oriente», una mujer con aspecto de tarotista postnuclear que, en este vídeo, nos aconseja sobre la vida:

Entre todo ésto y el programa de Laura en América, no me cabe más que exclamar:

¡si Huayna Cápac levantara la cabeza!

¡Qué no cunda el pánico!, hoy es el Blog Action Day

¡Tranquilos, pobres del mundo!, ¡hoy es el Blog Action Day! ¡Los bloggers del mundo debatirán sobre vuestra pobreza desde la comodidad de sus hogares! (no os quejéis, es lo más que están dispuestos a hacer por vosotros) ¿Véis cómo aún queda esperanza?

¡Jamás volveréis a pasar hambre!

Haga click, a falta de algo mejor

Me sorprende que, pese a que éste blog lleva en marcha casi dos meses, todavía no tengo noticia de haber salvado una sóla vida, ni de haber cambiado el mundo. ¿Es ésto normal?

Argumentum ad nordicum

Muchos de ustedes creen que este es un blog de mala muerte, ¡pero nada de eso!, desde aquí se llevan a cabo investigaciones de gran alcance y relevancia. Hace sólo unos días hablábamos del coñacismo, revolucionando el mundo de la psicología.

El descubrimiento de hoy es más impactante aún, pues dejará obsoletos los antiquísimos tratados de lógica y retórica. Se trata de una nueva falacia argumentativa, jamás descrita hasta hoy, y que he bautizado como argumentum ad nordicum.

Recuerdo la primera vez que me topé con el argumentum ad nordicum, circa 1998, en clase de gimnasia. Era uno de esos días de lluvia en los que el profesor, un individuo con botas camperas y pantalones de cuero al que jamás ví correr, nos explicaba «teoría». Después de pedirnos permiso para fumar en clase, nos contó que debíamos comer la fruta antes de la comida, y no como postre. Éramos niños, y nuestra curiosidad todavía no había sido pisoteada, de modo que alguien preguntó: ¿por qué? La respuesta del profesor fué misteriosa: porque en los países nórdicos lo hacen. Desde entonces no he dejado de escuchar esta argumentación para justificar todo tipo de cosas.

Ha surgido una especie de mitología moderna en torno a los países nórdicos, y más en general en torno a todos los países que no pertenecen al Sur de Europa. Hablaremos de algunos de éstos mitos:

– En los países nórdicos no hay delincuencia:

Tengo algunos testimonios, además del testimonio del sentido común, de que esta afirmación no es cierta. De entrada, mi antiguo casero, un hombre que ha viajado por los cinco continentes, me confesó que el único lugar en el que ha temido por su vida fué Oslo, tras verse en medio de un tiroteo. Para continuar, un pariente mío, también muy viajado, cuenta entre sus experiencias más desagradables el ambiente chungo de Belfast (en los 90), una visita al barrio macarra de Los Ángeles, un bombardeo en la antigua Yugoslavia y una noche de fin de semana en Finlandia, en la que el salvajismo etílico de los rubios y civilizadísimos fineses desaconsejaba poner un sólo pie en la calle. Por mi parte, durante mi breve estancia en Estocolmo hace un par de años, tuve ocasión de pasar más miedo que en toda mi vida a pocos metros de la estación central, dónde unos individuos a medio camino entre el matón y el chulo de putas organizaron una extraña bronca en un local. Cuando salimos de allí despavoridos, un vagabundo por poco nos mea en los pies.

– En los países nórdicos no hay mendigos:

Yo los he visto (y oído, ¡incluso escuchado!), por lo menos, en Suecia y en los Países Bajos, y no eran pocos precisamente. Lamento enormemente no haberles hecho fotos.

– En los países nórdicos el transporte público es excelente y gratuíto:

Eso debieron pensar unos compatriotas que encontré en el tren de Amsterdam al aeropuerto, que celebraron estruendosamente la ausencia de torniquetes en la estación. ¡Menuda sorpresa cuándo les echaron del tren!… probablemente perdieron el avión. ¡El argumentum ad nordicum puede causarte problemas, mijn vriend! Por cierto, la mejor red de metro que conozco hasta ahora es, con diferencia, la de Madrid, tanto en precio como en calidad. A título de ejemplo, mencionaré que los billetes de metro de Estocolmo medían unos 30 cm, y no había forma automática de «picarlos»; además, la cadencia era más o menos de un convoy cada 15 minutos, en hora punta.

Podría seguir hablando del tema de la educación, de la estabilidad, etc… , pero creo que ya me he pasado de pedante, y no quisiera aburrirles. Si viajan ustedes, y lo hacen con los ojos abiertos, se darán cuenta de que España no está tan mal, y de que el resto de Europa está peor de lo que, por algún misterioso motivo (¿quizá el recuerdo de las narraciones de los exiliados?), imaginamos.

Antes molábais, ¿qué os ha pasado?

Antes molábais, ¿qué os ha pasado?

Entrevista a Jesucristo

He aquí un nuevo cómic. Antes de que nadie empiece a prender fuego a las embajadas españolas, aclarar que sólo es un cómic. Ficción. Cachondeo:

La teologia también tiene cabida aqui

La teología también tiene cabida aquí

La isla Desesperación

Buscando entre mis cosas he encontrado un cómic del año 2005, hecho a mano, que probablemente les guste. El cómic lo escribí parar tirar de la lengua a un tipo de mi clase, que apareció con una camiseta en la que ponía algo así cómo «Proyecto Antártida, estancia en la Isla Desolación». Le pregunté qué era aquello pero no me quiso responder, de modo que al día siguiente le regalé una copia de éste cómic (durante el proceso olvidé el nombre, y la isla de mi cómic se llama Desesperación). Lo mejor es que lo vean:

¡Un cómic analógico!

La isla auténtica se encuentra aquí: 53° 0′ 0″ S, 74° 20′ 0″ W

El coñacismo

Vivimos en un siglo preñado de nuevas ideas, nuevos movimientos sociales y, en definitiva, nuevas monsergas (unas dos cada semana). Creo haber descubierto una de ellas, que está además a medio camino entre la tendencia filosófica y la enfermedad mental, de la que nadie, ni siquiera las noticias de Antena 3, habían hablado antes. Como descubridor me corresponde bautizarla, y he escogido para ella el esclarecedor nombre de coñacismo. Mis asesores me recomendaron llamarla coñacing, pero tal es el amor que siento por mi lengua materna que me he negado. Supongo que esa leve diferencia hará que los prestigiosos científicos de la televisión jamás se fijen en mí. Pero yo me debo a ustedes, queridos lectores, y supongo que ya se estarán preguntando, ¿pero qué es el coñacismo? Vamos a ello.

Todos conocemos a alguien que, habitualmente tras llegar a cierta edad, siente la imperiosa necesidad de convertirse en un adulto. Desde niño ha esperado que llegue el día en que ésto suceda, noche tras noche se acuesta con la esperanza de despertar al día siguiente siendo un adulto, pero se despierta igual que se acostó. Decide entonces poner de su parte, y se dice: ¡ya eres un adulto, debes cambiar tu actitud! y a partir de ese momento empieza a mirar con cierta condescendencia a sus colegas, y a salir menos. ¡Son los primeros síntomas del coñacismo!

Pasan los meses, y no es raro ver a éste sujeto analizando concienzudamente los periódicos. Puede que no lo sepas, pero seguramente tiene uno de esos blogs con un título aparentemente filosófico (¿cuántos centenares de blogs se llaman «Sólo sé que no sé nada», o «Yo soy yo y mi circunstancia»?), una foto suya levemente distorsionada a un lado, pero lo suficientemente clara para que se pueda observar su expresión grave, que no es si no un preludio de los sesudos análisis que ahí van a vertirse. Los temas preferentes serán política y economía (locales, por lo general).

A menudo dejará su impronta en otras redes sociales, como por ejemplo meneame.net, dónde se tomará todas y cada una de las normas al pie de la letra y castigará con mano de hierro a quiénes las incumplan. Actuará, además, cómo si a todo el mundo le importasen enormemente sus comentarios, que por lo general serán aburridos y estériles.

En una etapa posterior, la condescendencia con los colegas llega a límites peligrosos. Los amigos no se atreven a permanecer con el sujeto a solas, pues pronto empiezan los sermones: «a ver cuándo te buscas un curro», «¿todavía estás estudiando?», «tu blog es una niñería, deberías aprender del mío»,  «ya va siendo hora de que dejes de esnifar pegamento», etc… En muchos casos, las relaciones con el sexo opuesto también se ven seriamente afectadas, pues el sujeto desarrolla una prisa febril por el matrimonio. Lo considera una excelente manera de rubricar su madurez.

El sujeto, además, termina por perder todo el sentido del humor que alguna vez pudo tener, y se toma en serio absolutamente todo lo que vé. En éste momento es el blanco ideal de sectas, psicólogos sin escrúpulos, curanderos, astrólogos o monserguistas profesionales de cualquier tipo (por lo que es sumamente peligroso que vea las noticias de Antena 3). En su blog aparecerá un artículo sobre la brecha digital, o sobre los chemtrails, o sobre cualquier otra conspiración. ¡Artículos en serio! No es imposible que durante esta etapa el sujeto se vuelva cristiano (si anteriormente era ateo) o budista (si anteriormente era cristiano). Por motivos geográficos y culturales, ignoro en qué se metarmofosean los budistas coñazos. Si alguno de mis lectores, sin duda más cosmopolitas que yo, puede arrojar algo de luz en este asunto, se lo agradeceré de corazón.

Por lo general, llegados a esta etapa, pierden contacto con los amigos, haciendo muy difícil la tarea de tomar datos sobre la evolución del coñacismo en etapas avanzadas. Se agradece información adicional.

P.D: Tengo la costumbre de añadir al menos una imagen a todos mis artículos. Llevo varios días con el artículo escrito, me he devanado los sesos y no se me ha ocurrido ninguna. Les invito a ustedes, lectores, a enviarme sus sugerencias. La mejor será añadida al post.

Rule Britannia!

Como todos sabemos, si a día de hoy no sabes inglés, estás acabado. Mejor harías en morirte.

Aprender inglés se ha convertido en la meta intelectual por excelencia del pueblo español, desbancando a aprobar los exámenes de la autoescuela, y no pensamos escatimar en medios para lograrlo.

Es intolerable que nuestros jóvenes sean incapaces de distinguir el acento de Liverpool del de Aberdeen. Que se les trabe la lengua cuando mantienen conversaciones anodinas con mochileros canadienses. Y que no les entiendan a la primera cuando van de compras a Nueva York New York. Por no hablar del plano laboral, en el que los jóvenes cada vez acceden a puestos de mayor responsabilidad y relevancia dónde es indispensable dominar el inglés para obtener una plaza, que, seguramente, durará toda la vida.

Es tal la importancia del inglés, que ciertas personas están tomando medidas que nunca antes se habían tomado para aprender una lingua franca, como por ejemplo contratar a inmigrantes anglófonos para que jueguen durante un par de horas a la semana con sus hijos de 3, 2 o incluso menos años (servidor conoce no uno si no dos casos).

El milagro del nacimiento de una nueva monserga

El milagro del nacimiento de una nueva monserga

No basta con que durante los 12 años de enseñanza obligatoria cursemos inglés. Incluso algún político propuso en su día traernos de Karachi un barco cargado hasta los topes de pakistaníes, anglófonos por la gracia de su Majestad, para mejorar el nivel de nuestro país; pero que a nadie se le ocurra bromear comparando ésto con los tiempos del esclavismo, estamos hablando de aprender inglés, ¡aprender inglés!, ¡por Dios!

Desde los estamentos oficiales ya se baraja la posibilidad de impartir clases de inglés desde los tres primeros meses de gestación; además, se impartirán en inglés las clases de gimnasia, lengua española y literatura, francés, latín y griego. Como esto añade dificultad al asunto, se eliminarán de los planes escolares las matemáticas y las ciencias, pero atención, también se eliminarán en inglés. Además, se fomentarán los intercambios estudiantiles. Existe un problema a este respecto, y es que los países anglófonos están muy solicitados, y es difícil encontrar plaza, ¡pero no hay problema!, uno siempre puede hacer un intercambio, para aprender inglés, con Holanda, Alemania, Finlandia o Italia, lo cuál supone, por supuesto, que los holandeses, alemanes, fineses e italianos vendrán también a España ¡a aprender inglés! ¿Creen que exagero?, pues sepan que conozco de primera mano a unos jóvenes alemanes que fueron a aprender inglés a Guadalajara, y a sus alteregos españoles, que fueron a aprender inglés a Hamburgo. ¡Ni una risa que les conozco!, ¡es por el inglés!, ¡por el inglés joder!, ¿es que no respetan ustedes ni lo más sagrado?

Aprendamos inglés a toda costa, aprendamos inglés aunque sea lo último que hagamos, ¡aprendamos inglés aunque no tengamos nada que decir!