Comercial mendicante

Primer día de clase. Mientras un colega y yo charlamos en la puerta de la facultad, una chica y su carpeta se nos acercan con cara de querer algo. Con una voz casi robótica, nos dice la frase maldita:

– ¿Tenéis un momentito chicos?

Nosotros respondemos que sí, en nombre de la educación y el civismo. Se produce entonces la siguiente conversación:

– ¿Os interesaría poder usar vuestro carnet de estudiante como tarjeta de crédito?
– Juraría que ya podemos.
– Ah… sí, pero es que si contratáis la tarjeta blablajoven del banco XXXX os sale más barato y hay más cobertura.
– Mmmm… lo cierto es que jamás he usado mi carnet como tarjeta de crédito. Para eso tengo mi tarjeta de crédito. La verdad es que no me interesa.

Al ver que a ninguno de los dos nos interesaba, su rostro adoptó una expresión de profunda y sincera tristeza. El resto de la conversación difícilmente lo olvidaré mientras viva:

– ¡Por favor!, hacedlo aunque sea por mí, por hacerme un favor, ¡os lo ruego!.
– ¿Pero cómo es eso?
– Es que si no llevo a seis clientes nuevos al acabar el día, no van a pagarme, y seguramente me echen.
– ¡¿Qué?!, ¿lo dices en serio?
– Os lo juro.
– Pero, ¿ni siquiera te van a dar una hogaza de pan, o un plato de arroz?

(Risas mezcladas con amargura)

– Venga tíos, os lo ruego.
– Lo siento, pero ésto que me cuentas me confirma en mi posición. Entiéndeme, no es por tí, si no todo lo contrario. No pienso ser cliente de una empresa que aún practica el feudalismo.

Si no menciono aquí el nombre del banco, es por que temo que sus caballeros negros incendien mis cosechas.

Ruego a vuesas mercedes se hagan socios, o recibiré exorbitante cantidad de palos

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6 Respuestas a “Comercial mendicante

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  2. Como en las antiguas Grecia y Roma, sólo las aristocracias pueden disfrutar de acomodo y tener acceso, con casi tanto tiempo como el gremio sacerdotal, a las luces del conocimiento y la cultura desde su posición tranquila, dada al ocio. Los esclavos, sin embargo, deben de estar en su puesto pues nadie ignora que son las bases de nuestro bienestar.

  3. Genoveva María de los Santísimos Amores

    Tengo un truco infalible para quitármelas de encima: les comento la profesión de mi padre y huyen asustadas con el rabo entre las piernas…

    No, mi padre no es de La Mafia (o quizá si, según se mire). Trabaja para una entidad bancaria.
    Hasta esas tiernas comerciales pueden comprender que mi obligación, como buena hija que soy, es permanecer fiel a la entidad que explota al autor de mis días. Y no dan más la murga.

  4. Honrarás a tu padre y a tu madre, con o sin tarjeta regalo.

  5. Genoveva María de los Santísimos Amores

    Honro a mi padre porque me quita las comisiones por sacar dinero en cajeros indebidos.

    Que una es buena hija, pero no gilipollas.

  6. El Santander, yo lo hice hace meses y todavia no se nada ni del carnet ni de la cuenta. Estoy muy cabrado. Esto no va a quedar así.

    Estoy pensando en coger y anularlo y de paso sacar todo el dinero del otro banco y que les den por el culo a esta bande de ladrones sin corazón.

    Un saludo.

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